Choroní es un pueblo venezolano, ubicado en la costa Caribe del municipio Girardot en el estado Aragua. Su población se estima en 50.000 habitantes, con una población flotante cercana al millón. Sus principales actividades económicas están ligadas a la pesca, la agricultura del cacao y el turismo, que ha tomado mayor importancia durante la última década.
El pueblo de Choroní tiene sus raíces fundamentales en el proceso colonial; su población conserva las tradiciones traídas por los esclavos desde el continente africano, que se expresan cotidianamente en sus manifestaciones culturales, como los tambores. Distante de la capital del Estado (Maracay) a sólo 55 kilómetros, el acceso a este pueblo turístico es posible gracias a una estrecha carretera que atraviesa el Parque Nacional Henri Pittier, primero en ser decretado como tal en Venezuela, cuyas selvas tropicales, ricas en flora y fauna, constituyen asimismo un atractivo turístico para el visitante.
El pueblo de Choroní tiene sus raíces fundamentales en el proceso colonial; su población conserva las tradiciones traídas por los esclavos desde el continente africano, que se expresan cotidianamente en sus manifestaciones culturales, como los tambores. Distante de la capital del Estado (Maracay) a sólo 55 kilómetros, el acceso a este pueblo turístico es posible gracias a una estrecha carretera que atraviesa el Parque Nacional Henri Pittier, primero en ser decretado como tal en Venezuela, cuyas selvas tropicales, ricas en flora y fauna, constituyen asimismo un atractivo turístico para el visitante.
Cada 24 de junio, se celebra la fiesta de San Juan Bautista, evento que atrae una gran cantidad de turistas nacionales y extranjeros que se reúnen para bailar danzas típicas en homenaje al santo.
A este recorrido por el pasado colonial de Venezuela se le suman las playas adyacentes a Puerto Colombia, otro pueblo que está a tres kilómetros de Choroní. Playa Grande, a pocos metros de Puerto Colombia, es una hermosa franja costera de casi un kilómetro de largo, bañada por el Mar Caribe. La playa, oceánica y con un extenso bosque de cocoteros, está limitada por las montañas que caen directamente al mar.
Gran cantidad de pescadores surcan las aguas en peñeros (botes de madera) pescando artesanalmente, al tiempo que comunican a los naturales y visitantes con poblaciones sólo accesibles por mar, entre ellas la espectacular Chuao, otra población famosa por el cacao que se siembra en sus adyacencias, que incluso le valió una denominación de origen. El cacao Chuao (o Porcelana), está considerado como el mejor del mundo, dadas sus características de aroma y sabor.
En el camino que va a Choroní, existen numerosas haciendas que cultivaban cacao en tiempos pasados. Las plantaciones de cacao están protegidas del sol por árboles de gran altura y una exuberante vegetación. Un río, con numerosos saltos de agua, puede verse desde varios puntos de la carretera.
Existe también una antigua central hidroeléctrica, hoy convertida en museo y casa de la cultura: una edificación de estilo industrial, altas ventanas y pintada de blanco, que resulta casi una aparición en medio de una selva tropical con mil tonos de verde y el ruido de las cascadas a su alrededor.
La fama de Choroní como destino turístico nació en los años 1990, poco tiempo después de que la carretera fuese asfaltada en su totalidad. Es normal encontrar sus playas muy concurridas de personas los fines de semana o en las fiestas nacionales, como Carnaval o Semana Santa.
El parque Henri Pittier fue el primer parque nacional de Venezuela (1937). Tiene más de 100.000 hectáreas y 550 tipos de aves diferentes. El Henri Pittier es el parque nacional con más diversidad de aves del mundo. Para llegar a Choroní hay que atravesar el Parque, o llegar por mar.